miércoles, 16 de febrero de 2011

LA CIUDAD DE DIOS

LA CIUDAD DE DIOS
RIO DE JANEIRO, BRASIL
En la película se narra la vida de varias personas que habitan en una favela (barrio ó colonia) denominada la Ciudad de Dios en Río de Janeiro, en este largo metraje se permite un acercamiento a la dura realidad que tiene que sufrir gran parte de la sociedad humana, mas que todo latinoamericana.
La vida en los barrios en las grandes ciudades latinoamericanas se ha ido deteriorando progresivamente, Guatemala no es la excepción.  En el caso concreto de la película se nos muestra la evolución de una urbanización construida en los años sesenta con el propósito de albergar familias sin vivienda, y que en poco tiempo acabó convertida en una ciudad marginal regida por sus propias leyes e impenetrable para quienes no viven allí. Se trata de barrios para gente pobre, en muchas ocasiones expulsados de las zonas rurales por falta de oportunidades. De hecho, los jóvenes crecen sin una socialización en el trabajo. Así, por ejemplo, cuando al principio de la película dos ladrones del Trío Ternura pasan la noche escondiéndose de la policía en un árbol, después de haber cometido un robo, uno de ellos se pregunta que cómo será trabajar.
La violencia arrastra a los habitantes de la favela como única garantía de éxito y/o de supervivencia. La misma evolución de las formas en las que se desenvuelve la delincuencia resulta significativa: de las situaciones casi románticas de los primeros ladrones de las favelas en los años sesenta, justo cuando nace el asentamiento de Ciudad de Dios, con unos delincuentes cargados aún de inocencia, hasta el progresivo incremento de la violencia, el uso de las armas de fuego y la expansión del narcotráfico en los años setenta, para llegar a una situación de caos total al final de la década siguiente. Un momento central en esta evolución es el momento en el que Ze Pequeño decide que lo que hay que hacer es dejar de robar y dedicarse a traficar con droga. Desde ese momento todo adquiere unas dimensiones desproporcionadas y la economía de la droga adquiere un protagonismo fundamental en la vida de los suburbios urbanos.
Otro de los temas sobre los que merece llamar la atención que aborda la película es sobre la situación de los niños en la favela. A medida que pasa el tiempo, la degradación ambiental afecta también a los más chiquitos. Los niños que acaban controlando el negocio del tráfico de drogas al final de la película saben que probablemente no llegarán a adultos. Su niñez cada vez es más corta. Así por ejemplo, resulta significativo que uno de los niños diga, en un momento de la película, que ya es un hombre por el hecho de ya haber fumado, inhalado, robado y asesinado. Se trata de una nueva generación familiarizada con el crimen, que ha crecido con él y que acaban controlando despiadadamente este ambiente.

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